Dos maneras de vivir

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. De-Seda2
     
    .

    User deleted











    Las dos maneras de vivir

    Crecimiento interior

    El término "crecimiento interior" puede parecer que hace referencia a un concepto difuso en el que se engloban actividades bastante variadas y heterogéneas, pero si las observamos con cierto detalle vemos que todo gira en torno a un núcleo común, que es importante reconocer para no perderse eternamente en "la feria que rodea al castillo", y que a mi me gusta definirlo de la siguiente forma:

    Crecimiento interior: Proceso por el que ganamos en "libertad interior",
    es decir en "capacidad de elegir cómo nos queremos sentir".



    Los dos componentes de cualquier problema

    Ante cualquier situación problemática de la vida en la que nos encontremos, por ejemplo, que nos quedemos sin trabajo, siempre vamos a poder observar al menos dos componentes del problema:

    El problema "técnico" en sí, por ejemplo que necesitamos encontrar un nuevo trabajo u otra fuente de ingresos para poder mantener nuestra casa, comprar comida, etc. Y por otro lado:

    El "cómo nos sentimos acerca del problema técnico", por ejemplo cómo nos sentimos acerca de habernos quedado sin trabajo.
    Normalmente tendemos a pensar que esta segunda parte el "como nos sentimos acerca del problema técnico" es algo secundario, un mero subproducto de "el auténtico problema", que sería en este caso no tener trabajo. Después de todo si alguien nos diera un nuevo trabajo, nuestro malestar emocional desaparecería también ¿no?.


    Dos maneras de vivir

    De todas las filosofías de vida que podemos adoptar, de las que existen, han existido o nos inventemos, finalmente se reducen a básicamente a dos tipos, dos "maneras de vivir", en función de como valoramos esas "dos partes del problema" que mencionamos antes.

    1. La filosofía del sufrimiento. Entendemos que la causa de nuestro malestar emocional es el problema "técnico". Nos sentimos mal porque hay un problema que tenemos que solucionar y hasta que lo solucionemos no nos sentiremos bien. El problema emocional es una consecuencia del problema técnico, por lo que el sufrimiento está justificado. Si no podemos solucionar este tenemos que resignarnos a sufrir o como mucho a ocultar el sufrimiento, es decir el sufrimiento, o el miedo al sufrimiento, dirige nuestras decisiones. En resumen:

    Tenemos que solucionar el problema técnico para volver a sentirnos bien.

    2. Filosofía de la consciencia. Entendemos que nuestro malestar emocional está relacionado solamente de manera superficial con el problema técnico actual, ya que dos personas pueden tener el mismo problema técnico y vivirlo emocionalmente de maneras muy distintas, así que el sufrimiento es independiente del problema, por lo que nunca está justificado -aunque pueda ser comprensible. Podemos elegir sanarlo y luego, si queremos, libremente y sin chantajes del sufrimiento, elegir buscar una posible solución al problema. En resumen:

    Podemos dejar de sentirnos mal ANTES de solucionar el problema técnico,
    y luego ya veremos qué podemos hacer con el problema técnico.


    Ventajas de la filosofía de la consciencia.

    1. Bienestar personal. Dejar de sufrir aunque el problema técnico siga ahí es por sí solo una ventaja evidente, para nuestra salud, nuestra felicidad y la de quienes nos rodean.

    2. Eficiencia técnica. Como sabemos tanto por los estudios sobre inteligencia emocional como por lo que nuestra experiencia personal nos dice, cuanto más calmados y desapegados emocionalmente estemos de un problema, más fácilmente podremos encontrar soluciones creativas y eficientes al mismo, del mismo modo que es mucho más fácil encontrar soluciones a los problemas personales de los demás que a los nuestros propios. Al dejar de sufrir es como si calmáramos las aguas turbulentas de nuestras emociones y al aclararse nos permitieran ver con objetividad el fondo del auténtico problema técnico real. Y desde esa posición de claridad, es mucho más fácil comprender el problema y también su solución.

    3. Evolución personal. Al sanar el sufrimiento que nos surge por un problema, no solo estamos en disposición de solucionar el problema actual más eficientemente, sino que además se nos brinda la oportunidad de detectar y reparar antiguas heridas emocionales que nos condicionan subconscientemente nuestras decisiones o pautas de pensamiento limitativas que nos inducen a repetir mecánicamente una y otra vez las mismas situaciones vitales desagradables, permitiéndonos derribar una barrera de sufrimiento y ampliar nuestro campo de consciencia y libertad un poco más. Es por esto que se dice que las crisis son a la vez peligros y oportunidades, ya que cuando aprovechamos para aprender de ellas descubrimos el regalo oculto de liberación que nos brindan.

    4. Ventajas éticas y sociales. A poco que uno empieza a observar sus emociones comprende que la fuente de toda violencia hacia otros es el sufrimiento emocional propio y que la fuente de todo amor verdadero hacia otros es el estado de bienestar y paz interior y de amor hacia nosotros mismos. La conocida frase "amarás al prójimo como a ti mismo" no es un mandato de una autoridad divina amenazante, sino el enunciado de una ley vibracional natural, por decirlo así: el estado en que tú estas lo irradias a los que te rodean. La ética no es una cuestión de "deberes y derechos" ni de autoridades que tengan que velar por ellas, sino simplemente de "inteligencia emocional" y leyes naturales de causa y efecto. Si tienes violencia interior que reprimes, para tratar intelectualmente de crear paz exterior, estás luchando contra tí mismo, y en el fondo acabas sin querer colaborando a la violencia exterior. Asi mismo la actitud violenta puede tener un beneficio aparente a corto plazo, pero a la larga siempre perjudica a quien la hace, porque es solo la manifestación del dolor interno de quien la ejerce. Nuestra paz interior es a la vez lo que más nos beneficia personalmente y la fuerza más sólida para ayudar a generar paz exterior.



    Inconvenientes de la filosofía de la consciencia

    Necesidad de la intención y la perseverancia. Dejar de sufrir no es algo que suceda automáticamente, al menos de momento, en la mayoría de las personas, sino que ha de ser una elección consciente y perseverante. Como animales hemos desarrollado evolutivamente tres grandes sistemas de supervivencia: los instintos, las emociones y la mente racional. Evitar el sufrimiento emocional por el medio que sea es un programa automatizado de nuestro sistema emocional que nos ha ayudado a sobrevivir durante milenios, pero como seres humanos en desarrollo que somos estamos ahora anclando un 4º nivel, el nivel de la autoconsciencia, o del "Observador", que permite revisar los limitados programas de otros sistemas para mejorarlos intencionalmente. Cuando en una persona se produce una transformación probablemente biológica que asienta definitivamente este 4º nivel, el proceso de "dejar de sufrir" comienza a funcionar automáticamente. Es lo que en términos místicos se conoce como Iluminación, y seguramente en el futuro toda nuestra especie dé un salto genético que permita que todas las personas funcionen de esa manera de forma cotidiana. Pero hasta que eso nos suceda, existe la necesidad de un compromiso consciente. Claro que esto con el tiempo llega a convertirse en una costumbre y cada vez se va haciendo más fácil circular por el nuevo camino, y el viejo camino poco a poco cada vez te va resultando más extraño y paradójico.

    Valor y humildad, para enfrentarnos a nuestros miedos, y para cambiar nuestras maneras de pensar si llegamos a la conclusión de que no son coherentes. Al decidir empezar a funcionar por consciencia en vez de por sufrimiento, es inevitable un periodo de incertidumbre mientras saltamos de un estado a otro, ahí es donde palabras como fé o coraje tienen sentido, tenemos que dar un pequeño -o gran- salto al vacío y confiar en que existe una manera mejor. Esto puede también suceder por conciencia -porque de alguna manera lo sentimos- o también por el azuzamiento del dolor cuando debido a una crisis profunda en nuestras vidas tocamos fondo y decidimos que por ese camino no vamos a ningún lado y nos da igual que nos pueda suceder probando otro camino. Sin embargo el tránsito no tiene que ser necesariamente dramático y la experiencia de todas las personas que a lo largo de la historia han pasado por eso es que lo que te encuentras "al otro lado", no tiene punto de comparación, como si tratáramos de comparar una gruta de llena de plantas con pinchos con un abierto paisaje en un soleado amanecer de primavera. Cuando comenzamos a tener una experiencia de los dos modos de funcionar, comprendemos qué es el infierno y qué es el cielo, y como cada uno generamos uno u otro en nuestras vidas en función de nuestras decisiones.

    El poder del ahora

    Nada justifica el sufrimiento. Ninguna situación en la que estés lo justifica, ni ninguna situación futura o pasada te sacará del sufrimiento. El momento de salir del sufrimiento es Ahora. Si esperas que suceda en el futuro, esperarás siempre. El futuro nunca llega. Y el pasado ya pasó. Si vas a elegir dejar de sufrir hazlo ahora, la situación en la que estás es ideal para dejar de sufrir.









     
    .
  2. ebichu
     
    .

    User deleted


    Muy bueno... lo he impreso para mí misma, pero mañana también se lo regalaré a las personas que amo...
     
    .
  3. De-Seda2
     
    .

    User deleted









    Me alegro de que te guste, ebichu, ahí van mas reseñas, si te interesa mira en utsaina.com.

    Saluditos.




    Sanar el sufrimiento

    Contrariamente a lo que podríamos pensar, dejar de sufrir no depende fundamentalmente de que alguien nos dé unas "herramientas perfectas", sino básicamente de tres cosas:

    Darnos cuenta de que sufrimos, o lo que lo mismo, ser capaces de observarnos a nosotros y a nuestro sufrimiento.
    Elegir dejar de sufrir, y manteniendo esta decisión con perseverancia.
    Dejar de resistirse, al proceso de sanación, a aceptar y expresar conscientemente en un entorno seguro las heridas emocionales y a hacer "lo que toca hacer" en cada momento.
    Luego vienen las herramientas, para ayudar a facilitar el proceso, unas más adecuadas que otras dependiendo de la personalidad de cada uno y las circunstancias concretas en las que estemos, pero el proceso básico es ese.



    IDENTIFICAR EL SUFRIMIENTO

    Podemos decir que sufrimiento emocional es cualquier estado distinto a sentir el amor y la alegría tranquila en nuestro pecho. Cualquier otro estado emocional, mental o físico es indicador de que algo no anda del todo bien, o lo que es lo mismo, hemos encontrado una pista de donde podemos sanar un componente del sufrimiento emocional en nosotros. Esto no quiere decir que tengamos que estar obsesionados con "depurarnos", sino simplemente tomar consciencia de que si queremos tenemos ahí una puerta que explorar.

    Cuando abrimos una de esas puertas y comenzamos a bucear en ellas, podemos ver que las emociones se organizan de manera natural en capas por las que vamos a ir pasando, y que a modo de orientación podríamos decir que es algo como esto, de lo más externo a lo más interno:

    - Negación, euforia, aburrimiento, cansancio. También dolor físico, resultado de enterrar el dolor emocional.
    - Cabreo
    - Resignación, autocastigo, autocrítica, culpa, autolimitación.
    - Miedo
    - Dolor, herida emocional

    El observador y el escenario

    Para que uno pueda "estar bien" cuando las cosas van mal sin caer en la negación es imprescindible que identifiquemos al menos dos partes en nosotros, el yo que experimenta y el yo que observa.

    El observador es el punto de partida imprescindible, es la parte interna de nosotros que es capaz no solo de observar y "darse cuenta" de qué ocurre no solo en nuestro entorno físico, sino también en las partes más externas de nosotros: nuestro cuerpo, nuestras emociones, y nuestros pensamientos, como si esas partes de nosotros fueran también parte del escenario.

    El observador tiene la curiosa característica de que existe en un "espacio interno de armonía perpetua", desde el cual sin embargo puede ser consciente de la inarmonía "externa". Cuanto más estas en estado de "observador", más sientes la armonía interna. Cuanto más sientes la armonía interna más estas en estado de observador. Normalmente estamos oscilando en estados intermedios, observamos pero aun nos sentimos identificados con el yo externo -el ego, los pensamientos, emociones y sensaciones físicas- y el observador es como una voz, un guía interno que nos apoya y nos ayuda a tomar consciencia del sufrimiento emocional. Pero hay ciertos momentos de sanación emocional, de pequeños "satoris" de comprensión cuando procesamos un asunto emocional que realmente nuestro punto de autoconsciencia da el salto por un momento al otro lado y realmente sentimos que somos el observador y vemos a nuestro ego, nuestra personalidad externa y sus esfuerzos por sanarse con un sentimiento de honor y ternura infinitas, y comprendemos como "todo está bien", que aunque haya problemas por resolver, el escenario en sí es una oportunidad y el hecho de que podamos actuar en el es un regalo. Ahí empezamos a experimentar lo que realmente significa "amarse a uno mismo". Claro que ese estado normalmente dura un momento y pronto volvemos a nuestra perspectiva desde el lado de la personalidad externa, pero esa experiencia queda ahí, hemos abierto un camino y cada vez que lo volvamos a experimentar anchearemos ese camino.

    El proceso llamado Iluminación, al menos su estado más básico ocurre cuando nuestro punto de consciencia se asienta permanentemente "al otro lado", en el "lugar interno de armonía", observando y comprendiendo de esa manera especial que "todo está bien". Pero este estado permanente, al contrario de lo que se suele pensar no, está directamente relacionado con los años de prácticas de trabajo interior, sino que puede suceder a cualquiera espontáneamente, en cualquier momento de la vida . La practicas son una ayuda para acercarnos a ese estado mientras no sucede naturalmente, porque tomamos consciencia de que es más beneficioso para nosotros, y para acostumbrarnos a vivir la vida cotidiana desde esa perspectiva "iluminada" con normalidad, pero el "salto" puede ocurrir en cualquier momento y el único factor que parece ser realmente importante es la no resistencia al proceso.



    ELEGIR DEJAR DE SUFRIR

    Obstáculos para elegir dejar de sufrir

    El sufrimiento es un mecanismo natural desarrollado para ayudarnos a sobrevivir al ayudarnos a identificar las situaciones que nos hacen daño, por lo que cuando nos proponemos ir desactivándolo para comenzar a funcionar con el "programa más refinado" que es la autoconsciencia, nos encontramos con mecanismos de protección que son básicamente miedo, pero que pueden disfrazarse muy habilidosamente en forma de creencias limitativas aparentemente ciertas intelectualmente. Pero con un poco de distanciamiento, observando el cuadro general que nos pintan podemos identificarlas fácilmente porque todas tienen algo obvio en común: defienden o promueven el miedo y el sufrimiento emocional. Y la experiencia de cualquiera que se atreva a bucear en sus emociones es que "el miedo es irreal", o dicho de otra forma, que:

    sufrir nunca está justificado

    Todos estos mecanismos de defensa que podríamos llamar "reversos psicológicos", debido a su exceso de apego, se convierten al final en formas de autocastigo que nos mantienen innecesariamente en el sufrimiento, y pueden ser cosas como:

    No puedo superar esto
    No está bien
    No me lo merezco
    Estoy aburrido
    Estoy cansado
    No tengo tiempo
    No lo podré soportar
    No quiero dejar esta emoción
    No vale la pena
    ¿Para qué?
    etc.
    Por otro lado hay mitos sociales que contribuyen a justificar nuestros reversos personales, como los prejuicios contra ciertos grupos sociales, sobre los presuntos peligros de leer ciertos libros, o ver ciertas películas - como existía hasta no hace mucho y existe aún en muchos puntos del planeta-, que afortunadamente poco a poco vamos superando, aunque todavía perviven otros, tanto o más peligrosos que todavía pasan demasiado desapercibidos para mucha gente. Quizá dos de los más importantes son:

    Dejar de ser agresivo equivale a ser débil.

    Sufrir por amor es la manera más elevada de mostrar amor verdadero.



    "Dejar de ser agresivo equivale a ser débil"

    Cuando sentimos odio hacia otro puede que nos cueste darnos cuenta que somos nosotros los que estamos sufriendo mientras odiamos, pensamos que castigamos con nuestro odio a quien odiamos, pero en cuanto buceamos un poco en ese odio vemos que solo nos castigamos a nosotros mismos y lo que hacemos mientras mantenemos el odio es cederle el poder sobre nuestro bienestar precisamente a la persona que menos desearíamos que lo tuviese. Sin embargo el odio y la agresividad juegan como animales que somos un papel fundamental en nuestra supervivencia, y cuando elegimos conscientemente dejar de odiar, porque comprendemos que es un mecanismo muy limitado y que a la larga nos causa daño a nosotros, puede que surge el miedo a quedar indefensos, pero una vez que nos acostumbramos a funcionar de otra manera vemos que es justo lo contrario: cuando dejamos de odiar (sufrir) -no porque nos lo impongamos, sino porque liberamos nuestro dolor- como hemos dicho, nuestras emociones se aclaran, comprendemos lo infantil y ridículo que es ver a un adulto cabreado como un niño pequeño, y lo más importante, podemos ser más conscientes de los peligros reales y de las medidas objetivamente más eficientes a tomar para evitarlos o mitigarlos. Tememos que al perder nuestra agresividad perdemos nuestra consciencia del peligro, pero en realidad es justamente lo contrario. .

    La conocida frase cristiana de "poner la otra mejilla" ha provocado mucha confusión al respecto al interpretarla en el sentido físico cuando su verdadero sentido es aplicada al plano emocional: por mucho que me provoques yo elijo mantener mi bienestar interior, lo que no tiene nada que ver con que si tu me atacas físicamente yo me puedo defender porque tengo el mismo derecho que tu a vivir y a mantener mi integridad y mi bienestar físico.

    Para quienes teman caer en un "exceso de bondad", la imagen más clara de esto es la actitud del maestro de artes marciales, que cuanto más serenidad interior tiene -más paz interior, amor hacia sí mismo y hacia su contrincante- más eficiente es en el combate exterior, en la mayoría de las ocasiones porque consigue que ni siquiera se inicie al sanar el dolor emocional del potencial agresor que causaba su necesidad de violencia.



    El "honor" de sufrir por amor

    Cuando sufrimos porque alguien cercano está enfermo o en peligro, por ejemplo, puede que nos surja la culpa de ser egoístas y preocuparnos más por nosotros que por los demás. Pero la pregunta clave en esta situación es

    ¿En que ayuda tu sufrimiento a la persona a la que quieres?

    En la sociedad en la que vivimos tradicionalmente se ha asociado el sufrimiento con el supuesto amor, elogiando el "sufrir por amor" como la forma más elevada de demostrar amor verdadero, pero si buceamos en el origen de ese sufrimiento NUNCA encontramos el amor como origen del mismo, sino que encontramos culpa, sentimiento de impotencia, odio hacia quien le pueda hacer daño a la persona querida, miedo a que la persona se muera o nos abandone etc. etc, es decir, dolor emocional. Alabar el sufrimiento justificándolo con el amor es de las cosas más absurdas -por no decir retorcidas- que se pueda hacer, puesto que técnicamente, desde un punto de vista psicológico:

    El sufrimiento es ausencia de amor.

    Y si nosotros sentimos dolor, ¿como vamos ayudar a alguien a que no lo sienta? Si tú sufres por alguien, aunque tu intención sea otra, el hecho empírico es que estás contribuyendo a que siga sintiéndose mal. La vieja supuesta norma de bondad de "el otro antes que yo" es solo un camino al victimismo, que es la otra cara del egoísmo del "yo antes que el otro". Para dar hay que abrirse a recibir, al igual que para recibir hay que abrirse a dar. Si lo piensas en global, si tu te pones mal para que otro se ponga bien, el balance global es el mismo. La humildad no consiste en ser menos que el otro, sino en valorar al otro como un igual

    Si alguien a tu lado sufre, lo mejor que puedes hacer es dejar de sufrir y sentir tu paz interior para ayudar a que la otra persona siga tu camino. Y además si tú tienes paz interior y energía, tu mente estará mucho más clara para encontrar soluciones armónicas al problema "técnico" que pueda tener la otra persona.

    Versión para imprimir







     
    .
  4. Devyatka
     
    .

    User deleted


    Es dificil cuando en lugares como mi pais se den por sentados esas cosas del sufrir por amor y debilidad como reflejo de no agresion.

    Desafortunadamente lo de No agredir siginfica ser debil es muy arraigado, asi fui adiestrado. Si te atacan debes responderle esa es la regla. Si yo me siento atacado debo enviar una respuesta inmediata asi sea la menos diplomatica y/o la mas violenta, en fin la que sea necesaria, yo en mi niñez y temprana adolescencia yo no tenia mas remedio que defenderme a puños porque no tenia opcion. Incluso a un tipo lo odio tanto que si lo veo lo mato... tanto daño me hizo que lo unico que merece es omorir o sufrir lo mismo que yo con los intereses que se acumulan con los años.

    Y lo de sufrir por amor? Pues bueno yo no puedo decir mucho porque todo lo que me implica en elamor me ha resultado en fracaso, y de cierta forma estoy sufriendo porque no esoty correspondido y ya estoy cansado de sentirme solo... ademas veo que gente de mi edad esta feliz con sus novias, han tenido 2 o 4 o las que sea y yo ninguna.... lo peor de todo es que parece que es mal visto no haber tenido una novia es de fenomenos... yo tengo 25 años y he visto que todos mis amigos sin excepcion han tenido noviazgos, y las pocas veces que he quierido uno me han rechazado... y ya estoy cansado de esperar. (Al que espera lo matan).

    Bueno solo queria decir lo que pienso comparando con mi situacion...
     
    .
3 replies since 11/7/2006, 17:38   304 views
  Share  
.