LA ENERGÍA DEL PENSAMIENTO

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  1. Noblecor
     
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    LA ENERGÍA DEL PENSAMIENTO

    Todos hemos tenido y tenemos problemas en nuestra vida, y en el transcurso de ella siempre ha habido un factor común en relación con esos problemas. Si nos paramos a mirar por un momento, nos daremos cuenta de que este factor es el pensamiento.
    El pensamiento es una función mental, una herramienta necesaria mediante la cual se organizan y exteriorizan las ideas. Es la herramienta mediante la cual se lleva a cabo el análisis y la reflexión, y que mediante esta relación de ideas podemos llegar a conclusiones más o menos acertadas.
    La información con que cuenta el pensamiento es de tres tipos: información verdadera, información falsa, y la relación entre estas que es la suposición, que puede ser acertada o no. Tanto la información verdadera, como la falsa, como la suposición, puede ser creíble o no, y la discriminación, el análisis objetivo y la reflexión por parte del pensamiento nos lleva a su objetivo final que es la conclusión más o menos acertada.
    Así pues, se presenta una dificultad de inicio a la hora sacar conclusiones, y es que el pensamiento no es más que una herramienta mental y no una autoridad en términos de verdad.
    La única autoridad real es la observación de los hechos, demostrables con pruebas irrefutables; la autoridad del pensamiento es la interpretación de ideas y la elaboración de conclusiones coherentes y lógicas.
    Pero en la mente existe un factor que lejos de usar el pensamiento como una herramienta de trabajo mental, lo toma como parte de su identidad, y es entonces cuando toda la vida del individuo gira alrededor del pensamiento, piensa al mundo y se piensa a sí mismo.
    Este factor es la idea negativa de sí mismo, pero hay una cosa que quiero aclarar y es la siguiente. Algunos de vosotros diréis: “yo no me veo que tenga una idea negativa de mí, mas bien todo lo contrario”. Y ahí está la trampa. Porque toda idea, del tipo que sea, siempre es limitada y parcial. Porque la idea de una cosa no es la cosa en sí. La idea de mí no soy yo, ni negativa ni positiva. Y el hecho de tener una idea positiva de mí ya es bueno, muy bueno de por sí, pero no es más que la contrapartida de la otra parte de la idea de mí, la negativa, aunque ésta sea muy, muy pequeña, porque ninguna de las dos ideas soy yo. Porque yo no soy ninguna “idea”. Yo soy una realidad, entidad viva en continua expresión que experimenta la vida; esto es desde el punto de vista existencial. Y el hecho de tomar como identidad la idea de mí junto con el pensamiento, es lo que no me permite vivirme a mí como “yo mismo”, sino como idea.
    Así vemos como ante los problemas la mente inconsciente, en una parte, la idea de mí, reacciona por medio del pensamiento. Esta reacción es lógica porque representa una exteriorización de las energías inconscientes y por lo tanto una descarga, tanto de energía positiva como de energía negativa.
    La energía mental positiva es creadora, pero la energía mental negativa es destructora al mismo tiempo que represora. Y es cuando en los conflictos el pensamiento pasa a ocupar el lugar de la identidad. Se hace insistente y obsesivo, miedoso y dubitativo, falto de claridad y pesado. El individuo está sumido en una pesadez mental que no puede controlar y lo único que se le ocurre es intentar bloquear la energía del pensamiento, que este pare, pero lo hace por medio de la represión sin llegar a conseguirlo. Esto es imposible porque la mente tiene un funcionamiento, una inercia, que si no se libera genera más y más presión. Es como el agua de una presa a rebosar, que si no se abren las compuertas llegará a rebosar e incluso a romper la propia presa.
    La energía mental acumulada puede ser tal que incluso puede llevar años liberarla del todo. ¿Pero qué es lo que se puede hacer? La respuesta es lo que voy a tratar de explicar a continuación y lo hago bajo la bandera de mi propia experiencia. Nada de lo que ahora os digo es mera teoría, sino que parte de la confianza de que su práctica dará frutos y de su puesta en práctica.
    A la pregunta, ¿puedo parar el pensamiento? La respuesta es no, e incluso es contraproducente. El pensamiento sólo se puede calmar, y lo que sí ocurre es que en lugar de aparecer ideas de una forma continua y vertiginosa, el espacio entra una idea y otra o un pensamiento y otro, se puede hacer cada vez mayor y se vive una experiencia de vacío mental y por lo tanto de calma o paz mental. Pero de hecho el pensamiento sólo para durante el sueño profundo (fase del sueño que es la más importante de todas) y no de forma voluntaria, porque todo es fuerzo en parar el pensamiento no es más que un pensamiento tratando de bloquear otro pensamiento.
    Entonces, ¿qué es lo que puedo hacer para calmar el pensamiento? Dos cosas que en el fondo son la misma:
    La práctica de la meditación (que no voy a explicar porque ya he hablado de ella en otros posts y hay libros y centros para aprender a practicarla) y la observación consciente y tranquila. Es ésta de la que voy a tratrar.
    El pensamiento ha de ser observado y no pensado. Hemos de colocarnos en un punto en el cual seamos los observadores de lo que está sucediendo, pero sin impedir que esto suceda. La energía del pensamiento, como toda energía, necesita ser liberada, por lo tanto puedo hacer dos cosas: una es la distracción en otra cosa, pero esto no soluciona el problema, sólo lo palaza. Y la otra es agotar el pensamiento, tarde lo que se tarde.
    Esto es que yo me coloque en un punto como observador, en un centro o foco de visión que observa todo lo que está pasando, pero no que lo analice o lo interprete, sólo verlo como si de una película que no tiene nada que ver conmigo se tratara. Que permita que el pensamiento exteriorice toda la energía mental sin límites, pero no creer en nada de lo que plantea, tan sólo observar. Este centro o foco lo podemos llamar atención.
    Entonces es cuando toda la presión que el pensamiento ejerce en la mente va siendo liberada y como consecuencia de ello se calma, se tranquiliza. Si lo bloqueo porque no me gusta, sólo le estoy dando más fuerza. Es importante que yo vea con claridad que eso que pienso, en realidad no tiene nada que ver conmigo y le dé salida libremente.
    Pero la liberación se puede hacer tanto interna como externamente y transmirla a los demás, pero hay un requisito fundamental para ello y es que nunca se ha de hacer daño a nadie y mucho menos intencionadamente.
    Y así, mediante la liberación de la energía del pensamiento, yo consiga que éste haga el papel que tiene que hacer en la mente, que haga su trabajo y nada más, y que éste sea eficiente.
    Para terminar voy a ilustrar el tema con un cuento que es de mi agrado y espero que a vosotros también os guste:

    Un humilde leñador que vivía en una aldea estaba muy preocupado.
    El hombre vivía sólo y nunca había necesitado la ayuda de nadie ya que la aldea era muy pequeña, pero ésta estaba en expansión y los encargos de madera para construir casas no paraban de llegar.
    Como era costumbre en primavera, el primer domingo de abril se celebraba la feria del pueblo, en donde las gentes disfrutaban de la fiesta y los comerciantes hacían tratos de negocio para el año con otras aldeas cercanas.
    Fue que estaba hablando con varias personas cuando se quejó del mucho trabajo que tenía y de que no encontraba a nadie que lo ayudara. Ya casi no podía con sus fuerzas y empezaba a desesperar si no encontraba pronto a alguien que lo ayudara.
    Un viejecito un tanto desaliñado y de barba blanca no pudo reprimirse la compasión por él y le dijo.

    - Mira buen leñador, quizás yo tenga a alguien que pueda ayudarte.
    - ¿De verdad? – repuso el leñador dirigiéndose velozmente hacia ese hombre diminuto y enigmático.
    - Sí. Creo que tengo la solución a tus problemas. Ven a mi casa y te lo explico -dijo el anciano.

    Rápidamente se pusieron en camino hacia la casa del viejo y al llegar a ésta él le dijo con voz altanera:

    - Mira, este es Wantram, él te ayudará y hará todo lo que tú le pidas a la velocidad del rayo. Pero te advierto que tiene un problema y hay una condición que debes cumplir si te lo llevas.
    - Mis oídos son tuyos – dijo el leñador.
    - El problema es que no puede estar sin hacer nada ni un solo instante. Si por un momento no está ocupado, te arrancará tus entrañas con sus afiladas zarpas y las devorará con sus serrados dientes.


    Como el pobre hombre estaba desesperado, no se paró ni un momento a reflexionar sobre el asunto.

    - ¡No importa, yo me lo llevo! – dijo con entusiasmo.

    Así que cogió en el brazos al pequeño demonio y corriendo emprendió él camino hacia su humilde casa.
    El hombre debió apresurarse mucho, pues el diablillo ya empezaba a inquietarse y a enseñar sus afilados dientes.
    Nada más llegar le dijo al engendro apresuradamente:

    - ¿Ves todos esos árboles de este lado de la montaña? - el bicho asintió con la cabeza.
    - Pues hay que cortarlos todos

    El pobre leñador desdichado no tuvo tiempo ni de girarse cuando el diablillo de color pantanoso le dijo:

    - ¡Ya está!
    - ¡Imposible! - se dijo a sí mismo el hombre sorprendido.
    - Bueno, pues ahora corta los árboles de este otro lado de la montaña.

    Esta vez casi no tuvo tiempo ni de pestañear cuando el enano monstruo gritó:

    - ¡Ya está!

    Así fueron transcurriendo varios días y el pobre hombre no podía ni descansar, ni comer, ni dormir, el demonio no le dejaba hacer nada, porque si éste se paraba a él lo devoraba.
    Desesperado ya el infeliz, él que había creído que tal engendro era la solución a sus problemas, lo cogió y corriendo se fue a casa del destartalado anciano.
    Al llegar allí lo lanzó al suelo con furia y lleno de rabia, y le dijo.

    - ¡No lo aguanto más! ¡No lo quiero! ¡Este bicho es del todo insoportable!

    El anciano repuso con gran diligencia a sus palabras.

    - No puedes devolverlo.
    - Ya te dije que esa era la condición para que te lo llevaras y ahora no puedes echarte atrás. Tienes que llevártelo.

    Increíblemente, el demoniete no se movía mientras estaba en presencia del aciano, parecía como si éste tuviera un control absoluto sobre el bicho.

    - Mira buen hombre, vas a hacer lo siguiente – dijo el viejo.
    - Tú te lo llevas y cuando no tengas nada útil que mandarle le dices que haga lo siguiente: que se suba a un árbol mire lo que ve y te lo diga. Así lo tienes sin parar hasta que tengas algo que ordenarle.
    - Está bien – dijo el humilde -. Me lo llevaré.

    El leñador cogió al engendro y corrió hacia su casa. Al llegar le ordenó lo que le había dicho el anciano.

    - ¿Ves ese árbol de ahí? – el diablillo asintió con la cabeza.
    - Pues súbete a él, mira lo que ves a lo lejos, luego bajas y me lo dices.

    El esperpento se subió al árbol, miró, bajó como el rayo y dijo.

    - ¡Hay peras¡
    - ¡Hay peras!
    - ¡Hay peras!

    Y así estuvo días y noches enteras sin parar hasta que una mañana ya agotado dijo con voz grotesca:

    - ¡Ya está bien de tanto subir y bajar y decir que hay peras! ¡Ya estoy harto! ¡Mándame otra cosa!
    - Está bien dijo -el leñador.
    - Como ya no tenemos más árboles que cortar de momento, te vas a sentar en esta silla tranquilito sin hacer nada hasta que yo te mande alguna cosa útil y de necesidad o te ordenaré que subas al árbol a mirar otra vez y así te tendré días y noches enteras.
    - ¡De acuerdo! –dijo con voz más sumisa el diablillo.

    Y así fue como este humilde leñador pudo ya descansar por siempre y obtener una valiosa ayuda cada vez que la necesitaba, pues el demonio aprendió que es mejor estar relajado en la silla que gastar energías inútilmente.

    Moraleja: Igual que el diablillo del cuento, así actúa nuestro pensamiento, que siendo una herramienta de la mente, la cual nos puede prestar una valiosa ayuda, se convierte en un torturador sin clemencia debido a todos nuestros complejos y creencias.
    Y si lo que deseamos es calmarlo más vale que lo entrenemos para en lugar de ser su esclavo él sea nuestro siervo.
     
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  2. .Isami.
     
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    Estupendo Noblecor, como siempre. Me encantan los textos de este tipo
     
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  3. ebichu
     
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  4. *Ona*
     
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    QUOTE (.Isami. @ 4/5/2006, 19:20)
    Estupendo Noblecor, como siempre. Me encantan los textos de este tipo

    Lo mismo digo ^_^
     
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  5. Svfrosunh
     
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    Es increíble ese cuento!!
    Me encanto la explicación en el post! Necesito leer sobre meditación, porque acabo de descubrir este blog y me perdi ese post, que ya mismo voy a buscar, pero me ayudo muchisimo a entender un poco más esta dificil tarea de convivir con los pensamientos!!!
     
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4 replies since 3/5/2006, 11:03   5027 views
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